domingo, 15 de marzo de 2015

Y dale con Google, adiós Glass, adiós Google+, adiós Code. Hola Physical Web

Y Ahora llega Google con su Web Física



El Internet de las cosas está haciendo los objetos que nos rodean más inteligentes, pero no tenemos una forma estándar de interactuar con ellos. Muchos dispositivos, concretamente los ibeacons de Apple en sus cientos de variantes y plataformas requieren descargar una aplicación móvil personalizada, limitando su uso de inmediato, al haber ya una verdadera saturación de Apps en los mercados de Google y Apple, sin contar con que para aplicaciones turísticas, por ejemplo, requieren de conexión permanente a internet para que el dispositivo del usuario se conecte a la plataforma de gestión de las ibeacons para filtrar qué mensaje debe enviarle al usuario según el contexto. Aun así, el fenómeno ibeacon está aquí para quedarse, con sus obvias mejoras y próximos desarrollos, que aunque incipiente ya existen casos de éxito probados en todo el mundo y en casi todos los verticales. Y claro, Google no podíaquedarse quieto, obviamente su ingente facturación en Adwords no es suficiente, su prepotencia con Google Search y su creciente valor en bolsa requería meterse también con el Internet de las Cosas.


Qué es la Web Física de Google

Esta idea, que viene a intentar contrarestar el impacto de las ibeacons de Apple, fué presentada por Google como la Physical Web el pasado Octubre del a 2014, en una presentación críptica y nada clara.

El proyecto Web Física de Google quiere utilizar direcciones URL que se inyectan en las notificaciones de los dispositivos con bluetooth activado, y así eliminar la necesidad de instalar múltiples aplicaciones para cada tienda, centro comercial o evento.


El proyecto, que es Open Source y está ya hospedado en Git-Hub se basa en que los objetos físicos puedan transmitir su dirección digital y avisar a nuestros dispositivos móviles de que hay información disponible a nuestro alrededor, un ejemplo sencillo sería que al acercarnos a la entrada de un cine o un campo de fútbol nos dijera la hora y título de la próxima película de estreno o cuántas entradas hay disponibles para un partido. Esa información en principio sólo nos aparecen como recomendaciones igual que los mensajes de Twitter o Whatsapp en la bandeja de notificaciones, y al contrario de las apps adaptadas a beacons, que capturan inmediatamente toda la información del usuario y de su dispositivo cada vez que pasan cerca de uno de ellos, la Web física sólo tiene conocimiento de nosotros si abrimos las URL recomendadas.


Todo esto está muy bien, muy bonito, pero la duda que tengo es que si según Gartner u otras consultoras, en el futuro no muy lejano va a haber miles de millones de dispositivos conectados a la Internet of Things o Internet de las Cosas, no me va a hacer muy feliz que cada trasto cerca de mí me envíe una notificación de su presencia, me da igual si es la hora del autobús o una oferta de supermercado, al final la saturación será tal, que lo primero que haremos al comprar un móvil será buscar la forma de desactivar las notificaciones de la Web Fisica. Al menos, con apps personalizadas que te avisen y den la opción de recibir (o no) ofertas y notificaciones sobre compras o turismo, es el usuario quien la decide instalar o desinstalar, pero cuando es a nivel de dispositivo, estamos claramente hablando de un exceso de información y más que posible abuso y riesgo, si un dispositivo instalado en una calle me transmite una dirección web peligrosa no lo sabré hasta abrir ese enlace, y ¿a quién perseguiré entonces para reclamar daños y perjuicios?.

Como siempre, con esta nueva intromisión en la lucha por mantener su supremacía, Google ha venido a hacer aún más complejo el proceso de decisión a los ya confusos potenciales compradores de estas nuevas tecnologías como son el Marketing de Proximidad o las Notificaciones sensibles al contexto, basadas en NFC, Bluetooth LE o LTE-D. Si ya era complejo explicar estas nuevas formas de comunicación, ahora las odiosas comparaciones harán aún más complejo el proceso de difusión y venta de estas disruptivas soluciones.

Visto el fracaso rotundo de las Google Glass, Google + y otras monumentales chapuzas de Google, no seré yo quien empiece a invertir tiempo y recursos en esta Physical Web, prefiero quedarme con lo conocido y probado, como son las plataformas Big Data y Contextual Intelligence & Predictive Analytics para Retail y Eventos de InnoQuant, las balizas Estimote, las propias ibeacons o las europeas Kontakt.io .

Hay empresas con experiencia como EasyonPAD, para hoteles, Rent a Car, Eventos, Turismo y Destinos Inteligentes que ya funcionan con éxito, Soluciones para Wearables y desarrollo I+D+i con todo tipo de ibeacons de Labs4Glass o la eficiente y transversal plataforma de gestión de notificaciones y recogida de Big data de Moca Platform, que ya han probado con éxito estas tecnologías y están dando ya frutos que podemos ver y tocar.


¿Otro nuevo prueba-error de Google?
Google ya creyó que el mundo aceptaría a individuos paseando por ahí con una cámara en la ceja, y que el resto del mundo permitiría que se le grabara a todas horas y en todos sitios. Todavía no estamos preparados para esto, y el cierre preventivo a desarrolladores de Glass o el inminente cerrojazo por la espalda a Google Plus es un ejemplo claro de que nosotros todavía queremos decidir qué hacemos o no con nuestra privacidad. (De momento) Y que el dinero infinito no basta para meter con calzador ciertas modas, tecnologías o tendencias no generadas ni solicitadas por los propios usuarios. Un ejemplo claro fué creer que lo millones de usuarios de Gmail aceptarían sin rechistar, y encima utilzarían una red social impuesta por el mero hecho de tener una cuenta abierta con su gestor de correo gratuito. El resultado fué que, mientras millones de usuarios simplemente jamás usaron Google Plus, otras muchas empresas invirtieron miles de Euros en personal dedicado a mantener otra red social más, bajo el miedo constante de perder posiciones en los resultados de búsqueda. La cara de desarrolladores de Glass, de community managers y de usuarios de aplicaciones de Google como Google Code, que también se va al garete, no es precisamente de alegría.


Dejemos a Google y sus desarrolladores propios perder el tiempo con experimentos, esta vez, no será a mí a quien tengan un año o dos (de nuevo) invirtiendo mi tiempo y reputación para que decidan luego borrarlo sin dar explicaciones, dejando a clientes y desarrolladores en la estacada.